Capítulo 2 - Por el Magdalena. Ascenso a los Andes

En este capítulo Röthlisberger empieza la narración de su viaje al interior de Colombia. En él lo acompañan tres personas: Un comerciante de Bogotá quién responde al nombre de Eduardo París, Miguel Cané primer ministro argentino que viajaba en misión diplomática a Bogotá y Martín García Merou argentino también y acompañante de Cané.
Embarcan el 24 de diciembre de 1881 a las 4 de la tarde, a bordo del vapor Antioquia, en el puerto de Barranquilla; el autor explica cómo era este barco y en general la flota de barcos de las sociedades de navegación, dueños de los vapores que hacían la ruta del río Magdalena. Además, narra la clase de pasajeros (blancos, negros e indios) que viajaban, la clase de comidas que les proporcionaban y la titánica tarea de dormir a bordo, puesto que eran acechados por los mosquitos.
El autor describe al río Magdalena y cataloga el viaje como "delicioso", reconoce que es una buena vía de comunicación de sur a norte y además es la cuarta corriente fluvial de Suramérica, pues su longitud es de 1800 kilómetros. Gracias a sus aguas pueden criarse los ganados de Bolívar y Magdalena. En este río navegan en canoas indígenas desnudos o semidesnudos y población afrodescendiente que impulsa con pértigas los denominados bongos, grandes botes cubiertos de hojas de palma seca; también están los bogas quienes son población indígena encargada de transportar a personas o a mercancías a través del río Magdalena.
El profesor describe, además, las poblaciones que se encuentran en las riberas del río Magdalena. Al respecto afirma que son personas sin religión, sin educación social y en total ignorancia. Viven al interior de cabañas hechas de caña de bambú en cuya puerta se encuentra una red agujereada que hace las veces de mosquitero. Económicamente se sostienen vendiendo pescado seco o bananos en las aldeas cercanas; para él esta clase de población se puede catalogar primitiva al estilo rousseauniano.
En su trasegar por el río Magdalena el autor recorre Calamar, Magangué, el Banco (Magdalena), el cual describe como una posición militar de primer orden porque queda sobre una colina pequeña desde donde se puede vislumbrar toda la navegación del bajo Magdalena. Pasa además por Bodega Central, Puerto Nacional, Puerto Wilches.
Sobre los animales, se enfoca principalmente en los caimanes que se encuentran en el río Magdalena, los cuales describe como perezosos que siempre permanecen con sus fauces abiertas esperando cazar; además relata anécdotas sobre esta especie.
El 6 de enero de 1882, el autor tiene que ser transbordado del navío Antioquia al Francisco Montoya en el que navegaron hacia Puerto Berrio y luego hacia Puerto Nare. Importante es la descripción que el autor hace sobre el paso de los tres saltos (chorros) formados por el estrechamiento del río de 150 y aún hasta 125 metros. Los dos primeros saltos, uno de ellos el denominado Guarinó, fueron superados con facilidad; en cambio el tercero, el Mesuno costó indecible esfuerzo.
El autor arriba a Honda, una ciudad que es el punto de partida para el viaje por tierra a Bogotá y del embarque para la travesía río abajo. Este lugar tiene un clima de aproximadamente 29 grados centígrados. Describe la ciudad y a una de sus figuras importantes, el aguador, quién es un campesino que en un burro carga en barriles, agua. Habla sobre las mujeres de la ciudad las cuáles describe como altas y esbeltas, especialmente las de las clases populares.
El día 9 de enero de 1882, Röthlisberger empezó su viaje por tierra para ascender hasta Bogotá. Lo hizo en a lomo de una mula. Durante el camino ve como no solo los animales sufren para transitar por las empedradas y embarradas vías sino que también lo hacen los indios e indias que marchan apoyándose en largos palos, curvadas las espaldas bajo su carga, sostenida sobre la frente por medio de una recta faja de tela.
Luego de algunas horas de viaje por tierra, Röthlisberger llega a las pequeñas ciudades de Guaduas y Villeta. La primera recibe su nombre por los muchos bambús que crecen a lo largo de sus ríos y demás corrientes; allí se hospedó en el Hotel del Valle, ubicado a la entrada de la pequeña ciudad. Guaduas posee industria propia por ejemplo de fabricación de sombreros de paja, casas muy limpias y una iglesia bien construida. En Villeta por su parte, el autor disfruta de bebidas como el anisado, un aguardiente de almíbar destilado y perfumado con anís; a esta bebida se le llama también aguardiente. También degusta el guarapo que es una bebida que se prepara con almíbar y azúcar de caña y de la cuál refiere que no es de su agrado.
Luego, el viajero llega a Facatativá la cuál es la entrada a la Sabana de Bogotá. Dado que es día de mercado, la plaza se encuentra atestada de gente blanca y de indígenas, los vestidos que todos llevan en esta región son más pesados, calientes y oscuros. En una esquina de la plaza esta la iglesia pobre y sin campanario propiamente dicho porque las campanas se encuentran ubicados en los huecos de una ventana. Detrás del hotel de la plaza estaba la línea férrea de la Sabana. De Facatativá a la capital había una distancia de 5 horas, en coche de caballos.
Finalmente, Röthlisberger llega el 11 de enero de 1892 a Bogotá, después de un viaje de cincuenta y un días.